El martes 3 de junio de 2025, Unión Española lanzó la bomba. “Cheíto” asumió como nuevo director técnico del club para lo que queda de la temporada. La noticia, que ya rondaba como rumor en los pasillos del fútbol chileno, se confirmó con un mensaje en las redes sociales del club.
Este anuncio llegó en un momento crítico, con el equipo tambaleando tras un empate 2-2 contra Deportes Limache en Santa Laura. La urgencia era evidente. Apenas una semana antes, José Luis Sierra había renunciado tras una goleada que dolió en el alma. Gonzalo Villagra tomó las riendas de forma interina, pero el club necesitaba un golpe de timón.
Por lo tanto, la llegada de Ramírez, un técnico conocido por apagar incendios, parece una jugada estratégica. Su contrato va hasta fin de temporada, con opción de extenderse si logra enderezar el rumbo. ¿Podrá el Cheíto devolverle la gloria a los hispanos?
Una tormenta en Independencia
Unión Española vive días oscuros. El equipo está en el puesto 15 de la Liga de Primera, con solo siete puntos en 12 partidos. La zona de descenso acecha, a cuatro puntos de la salvación.
Desde el 14 de abril no saben lo que es ganar, y cinco derrotas en sus últimos seis duelos pintan un panorama desolador. La salida de Sierra, tras un 4-1 contra Colo Colo, fue la gota que rebasó el vaso.
Además, la eliminación en la Copa Sudamericana, donde terminaron últimos en su grupo, dejó al equipo sin oxígeno. Con 10 goles a favor y 22 en contra, el déficit de -12 habla de una defensa frágil y un ataque que no carbura.
De capitán en la cancha a líder en el banco
Como jugador, el Cheíto marcó una era. Defendió los colores de Colo Colo, Universidad Católica, Real Sociedad y Monterrey. Su vitrina brilla con cinco títulos de Primera División, tres Copas Chile, una Copa Libertadores, una Recopa Sudamericana y una Copa Interamericana.
En 2002, lo nombraron el Mejor Futbolista del Año en Chile. Con la Roja, jugó 62 partidos, incluyendo un Mundial y cinco Copas América. Su pasado como ídolo le da un peso único en el vestuario.
Esta autoridad, ganada con sudor y trofeos, es clave para un equipo que necesita un líder que los mire a los ojos y les diga que sí se puede. Ramírez trae táctica y una mística que podría encender la chispa en Santa Laura.
Un bombero con historial de éxitos
La trayectoria de Ramírez como técnico es un respaldo sólido. En San Luis de Quillota, evitó el descenso en 2015. Con Santiago Wanderers, ganó la Primera B en 2019 y aseguró el ascenso. En Deportes Iquique, logró lo impensado: ascender en 2023 y clasificar a la Copa Libertadores en 2024 como recién ascendido.
Antes de llegar a Unión, su nombre sonó para Colo Colo y la UC, lo que habla de su prestigio. Su capacidad para rescatar equipos en apuros lo convierte en el hombre ideal para este momento. Claro está, cada desafío que enfrentó requirió trabajo duro, y Unión Española no será la excepción.
Un farol en la oscuridad
Sabino Aguad no dudó en respaldar a Ramírez, destacando su historial de salvar equipos en crisis. La prensa, por su parte, coincide en que la misión es escapar del descenso. El anuncio de Ramírez no fue una sorpresa, más bien era un secreto a voces.
Entre los hinchas, el ambiente es de esperanza mezclada con cautela. Han sufrido mucho esta temporada, y las críticas a Sierra aún resuenan. Muchos piden un cambio profundo, y Ramírez, con su aura de ídolo, genera ilusión, mientras los pronósticos deportivos apuntan a un posible repunte con su liderazgo
Su debut será este sábado contra Concepción por la Copa Chile, un duelo eliminatorio clave. Si Ramírez logra la permanencia, podría construir un proyecto a largo plazo. Su sueño de dirigir la Selección Chilena está en el horizonte, pero primero debe devolverle la vida a la Furia Roja.